Hoy al mirar en mis ojos vi reflejada la sinceridad, me vi a mi misma, tal y como soy, y eso me bastó. ¡Que mas da si soy vulgar! Al menos no juego al engaño ni maquillo mis defectos. Al menos siempre tendrás la seguridad de que si estoy aquí, contigo, es porque es donde realmente deseo estar. No se si te he hecho daño, o incluso si tienes derecho a decir algo así, sólo sé que no puedes decir que te engañé. Si te hubieras detenido un momento, un solo momento a mirar a través de mi, lo hubieras visto, lo hubieras sabido:
Soy vulgar, demasiado vulgar incluso para mentir.
8 de enero de 2009
Mi vulgaridad
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